miércoles, 14 de abril de 2010

TEORÍAS DE LA COMUNICACIÓN

TEORÍA DEL ANÁLISIS DE CONTENIDO DE HAROLD LASSWELL

La teoría del análisis de contenido se basa específicamente en hallar la influencia que los medios de comunicación de masas ejercen sobre la conducta humana. En otras palabras,se logra medir la influencia de la prensa sobre las personas, debido a que dicho medio es el que más se presta a ser investigado.
Analizar el contenido da un material es algo que realizamos todos, sin recurrir, por regla general, a ningún tipo de técnica específica. En concreto, con materiales escritos, lo normal es que, tras una lectura detallada de los mismos, cada uno trate de entresacar una serie de ideas, o de “vislumbrar” una sede de conceptos, que no están explícitos como tales en el texto, sino que se obtienen tras un proceso de abstracción y de elaboración. A veces, dicho proceso no es sino de “baja inferencia” (es decir, poco nos alejamos de la propia información), y nos limitamos a afirmar que existe un predominio de las frases cortas en la expresión, o que los temas 'preferidos' por un articulista determinado son los políticos, o que en tales anuncios de un producto dado predominan los tonos cálidos.
No obstante, el problema se plantea cuando la labor de analizar contenidos y extraer información partiendo del material recogido en un soporte especifico, debe ser realizada científicamente, es decir mediante procedimientos fiables, válidos, y derivados de un cúmulo de nociones teóricas determinadas. En este sentido. Berelson (1942) comentaba cómo el Análisis de Contenido es “una técnica de investigación para la descripción objetiva, sistemática y cuantitativa del contenido de la comunicación”. Es quizá esta idea de la cuantificación la que permite distinguir entre el procedimiento científico de aquel guiado por la intuición. Si se desea cuantificar, de forma objetiva y sistemática, tal y como propone Berelson, sólo queda una opción: crear un sistema de categorías, que inequívocamente permita codificar las diversas partes del mensaje en cada una de ellas; es decir, categorías que sean excluyentes entre sí, y pertinentes al análisis (que se refieran al objeto de estudio). Así, si conseguimos codificar adecuadamente el mensaje, gran parte del trabajo necesario para realizar una buena aplicación de la técnica habrá sido subsanado. Es quizá por esta razón por la que Cartwright (1953) comenta que “los términos análisis de contenido y codificación son intercambiables, refiriéndose ambos a la descripción objetiva, sistemática y cuantitativa de una conducta simbólica”. Cartwright añade un dato más, a la hora de referirse a las conductas simbólicas, es decir, al contenido; de acuerdo con este autor se excluirían de su definición, por lo tanto, asuntos tales como el que un mensaje posea una determinada proporción de adjetivos calificativos, o de verbos. En relación con este último punto, nosotros preferimos no excluir esta posibilidad, si bien es cierto que de cara al interés del psicólogo, del sociólogo, del comunicólogo y del creativo, lo importante es el aspecto simbólico del mensaje, no lo que se dice o se describe, sino lo que representa, se da a entender, o se sobreentiende en dicho mensaje.
(http://www.robertexto.com/archivo14/analisis.htm)

En otras palabras,la naturaleza de dicha teoría es analizar minuciosamente la naturaleza de los mensajes que existen en cualquier comunicación humana. Teóricamente, dicha teoría se puede usar para descifrar mensajes de distintas naturalezas tales como textos periodísticos, discursos políticos y pedagógicos, literatura, propaganda política, publicidad, etc.

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